por Kildan » Mié, 28 Jun 2017, 01:18
Posicionados a ambos lados de la puerta, los héroes se prepararon para entrar en acción. La pesada puerta de piedra no cedería con facilidad, así que tras colocar una carga explosiva iniciaron la cuenta atrás. La detonación controlada convirtió la puerta en polvo, momento en el cual Tyria liberó una de las sondas que portaba con ella. El pequeño droide se adentró con rapidez escaneando los alrededores con unas lecturas muy claras. No había trampas allí, pero sí varias formas de vida.
El rugido de las bestias fue cuanto necesitaron para cruzar el umbral de la puerta y pasar a la acción. Jonni, alzando sus blasters gemelos creó una cortina de fuego blaster que literalmente, despedazó a la primera de las bestias que cargaba contra ellos. Tyria, adiestrada para que cada disparo contase, alzó su blaster y efectuando un único disparo, atravesó el ojo de la bestia causándole la muerte en el acto. La tercera y última criatura rugía en la lejanía malherida en el interior de una jaula. La bestia tenía las patas traseras atrapadas por una gran roca y abría sus fauces tratando de alcanzar a los dos prisioneros que se encontraban encerrados con ella. De nuevo la magistral puntería de los héroes quedó bien presente cuando Ibram alcanzó a la criatura en la boca justo cuando emitía uno de sus gruñidos. Su muerte fue también inmediata.
En el interior de la jaula, se encontraba el Fallen al que Joni conocía como Kirby y quién a su vez, Ibram sabía que dirigía el sol negro. Una fea herida recorría su brazo izquierdo, un profundo corte que le hacía perder gran cantidad de sangre. Tras él, con una herida menos profunda se encontraba la famosa Anisa Essil, el rostro más famoso de las holonoticias.
Kirby torció los labios en una sonrisa sin fuerzas. Su frente estaba perlada de sudor y no parecía estar en buen estado. Se le veía enfermo y apenas sin fuerzas, Anisa no mostraba mucho mejor aspecto.
-¿Tan aburridos estabais de vuestras vidas, que habéis venido para acompañarnos en la muerte? ¡Ja! Estáis aún más locos que yo, un gesto noble el vuestro, pero ya deberíais de saber que la nobleza de poco sirve en esta galaxia. Me temo que habéis hecho este viaje en vano, ambos estamos ya muertos.
Kirby señaló la herida de su brazo y ladeó la cabeza hacia la bestia que yacía muerta en la jaula. Ninguno tuvo nada que preguntar, sabían que tanto Kirby como Anisa habían sido heridos por la bestia y eso solo podía significar una cosa, ambos cambiarían, se transformaría en una de esas cosas.
-¿Tenéis un milagro para sacaros de aquí? Bueno, supongo que sí, siempre fuisteis los idóneos para cumplir las misiones más imposibles. Escucharme, no nos queda mucho tiempo, nuestro momento ha pasado. Pero ahora puede empezar el vuestro...
Kirby volvió la mirada hacia Anisa, quién asintió sin apenas fuerzas para hablar. El fallen estaba resistiendo mejor el veneno que le surcaba las venas, pero Anisa no era tan fuerte. Simplemente se limitó a tomar el colgante que adornaba su cuello y se lo entregó a Kirby.
-Supongo que Hasslam Tar habrá creado grandes daños en la organización a estas alturas. -Comenzó de pronunciar Kirby, a la vez que tomaba de uno de sus bolsillos dos pequeños artefactos con un aspecto muy similar al del colgante de Anisa. -Nuestra organización fue dividida en tres partes por Keldan, cada uno de nosotros controlábamos un tercio de todo su poder. Cada una de estas llaves abre el acceso a toda la información, contactos, agentes y recursos que disponíamos. Aún estáis a tiempo de salvar la organización, os ofrecemos a cada uno de vosotros que ocupéis nuestro puesto. Tal vez logréis reconstruirla y convertirla en algo mejor de lo que era. No creo que eso os resulte muy complicado -Tomando la primera llave se la ofrece a Ibram. -No me conoces demasiado y sé que esto no te va a gustar, pero has nacido para liderar y para hacer lo que es correcto. Te gusta pensar que eres un mercenario y que no perteneces a ningún lugar, pero mira donde estás, has venido al fétido culo de la galaxia para rescatar a un tío que apenas conoces. Toma el control de las operaciones, destruye la llave o busca a alguien que ocupe el puesto, la decisión es tuya.
Un ataque de tos provocó que Kirby perdiese la capacidad del habla durante varios minutos, momento en el que Anisa, tras lograr hacer un gran esfuerzo, se dirigió a Tyria.
-No logramos conocernos mucho, pero me habría encantado poder trabajar a tu lado. Sé cuanto has sacrificado, sé por todo lo que has pasado y no puedo encontrar una sucesora más dignas. Si alguien puede salvar lo que queda de la organización y restablecer el orden, esa eres tu. No te diré que hacer con ella, tan solo debes escuchar a tu corazón. En tus manos, esta organización puede ser una gran fuente de bien, tal vez incluso la que logre firmar la paz entre nuestros pueblos. Aunque sé que no puedo imponerte esto, no sería justo, por lo que al igual que Ibram, deberás de escoger que hacer con esta llave. Sé que tomarás la decisión adecuada.
La hermosa Anisa tendió la mano hacia Tyria en un gesto fraternal, eran dos mujeres que apenas se conocían pero sus breves encuentros fueron más que suficientes como para que Anisa la tomase como a una hermana mayor.
-¿Qué? -Interrumpió Kirby tras recuperarse y alzar la mirada hacia Joni. -¿Crees que te voy a dar la llave a ti? Seguramente la apostarías y la perderías en la primera partida que jugases. -El fallen rió, en cierto modo se sentía feliz de morir pasando sus últimos instantes junto a uno de sus hombres más leales (Ibram) y su mejor amigo (Joni) El destino había querido que ambos se encontrasen tanto como amigos como enemigos, pero al final se había forjado una fuerte relación entre ambos. -Supongo que la fiebre debe de estar provocando que delire, pero, aquí la tienes. No eres amante de las conspiraciones ni de los planes a largo plazo, pero posees instinto y corazón. Kira y tú formaríais un gran equipo, tal vez juntos lograseis convertir esto en algo realmente provechoso. ¿Qué te parece? Le darías a tu esposa las llaves de gran parte de los más turbios secretos de la república ¿Habría mejor regalo?
No somos sirvientes del destino, sino los creadores del futuro